A raíz de la Ley Bosman, la UEFA dictó una norma que establece un mínimo de jugadores locales en la plantilla de cada equipo que compite. Esto, con el fin de limitar la cantidad de jugadores extranjeros y regular el mercado de los intercambios en los equipos.
En 1995, un centrocampista llamado Kean-Marc Bosman ayudó a dar forma a la cara del fútbol moderno que vemos hoy en día.
Fueron sus acciones las que han facilitado directamente algunos movimientos importantes en el fútbol.
De hecho, fue la llamada Ley Bosman la que ayudó a la Liga de Campeones a convertirse en uno de los torneos de clubes más famosos de los tiempos modernos.
Un estudio reciente mostró que la Ley Bosman tuvo un impacto positivo en el fútbol, ya que aumentó la competitividad entre los equipos nacionales y también ayudó al desarrollo del talento.
Sin embargo, también hay otra cara de esta Ley Bosman, y es la competencia reducida en la famosa Liga de Campeones.
Este fallo permitió a los equipos no establecidos vender a sus mejores jugadores en lugar de competir contra los otros equipos.
Impacto en el fútbol de la Ley Bosman
Antes de explorar el impacto del fallo a favor de Bosman en el fútbol, echemos un vistazo rápido a la historia para comprender lo que realmente sucedió:
Historia de la Ley Bosman
En 1990, un jugador de fútbol llamado Kean-Marc Bosman estaba cerca de llegar al final de su contrato en el RFC Lieja.
Bosman, después de dos años con el equipo, su situación no era tan buena como esperaba y otro equipo le ofreció un contrato mucho mejor.
Para ese momento, un jugador no podía abandonar el club una vez que su acuerdo o contrato terminaba a menos que el club también acordara dejar ir a ese jugador sin pedir nada a cambio.
Esto quiere decir que los jugadores estaban amarrados al equipo en el que habían fichado y cambiar a otro equipo dependia de las negociaciones entre clubes.
El RFC Lieja propuso a Bosman renovar el contrato con una disminución del 75% de su pago o dejarlo ir a cambio de una gran suma por indemnización. Ni Bosman ni el otro equipo podían cumplir con tal indemnización.
A raíz de esta situación, Bosman fue a los tribunales para impugnar las exigencias del club. Finalmente, el resultado de esta batalla legal salió a la luz en 1995 y se conoció como “Ley Bosman”.
En este fallo, se declararon a los jugadores como agentes libres una vez que hubieran finalizado los contratos con su club e ilegales las indemnizaciones a los clubes por los traspasos.
De esta forma, los jugadores podrían ejercer su profesión sin restricciones en todo el territorio de la Unión Europea.
Como resultado de este fallo, los jugadores pudieron negociar mejores salarios y condiciones de fichaje con nuevos clubes o incluso con los clubes anteriores.
La Ley Bosman y su impacto en el fútbol
Los jugadores que iban llegando al final de sus contratos podían exigir más dinero a su equipo o club actual.
Por temor a perder a un jugador valioso, muchos clubes terminaron satisfaciendo las demandas de los jugadores.
Según los expertos, el fallo Bosman devolvió el poder a los jugadores y ayudó a dar forma al fútbol moderno.
De hecho, no estaría mal decir que también mejoró la competitividad entre los jugadores y los empujó a luchar por más.
Desde que la Ley Bosman entró en vigor, muchos jugadores famosos se han beneficiado de él, como Edgar Davids, Brian Laudrup, Patrick Kluivert, Steve McManaman y muchos otros.
Otro cambio importante a raíz de la Ley Bosman fue que se levantó el límite de jugadores extranjeros en un club.
Como resultado, los clubes eran libres de agregar tantos jugadores extranjeros como quisieran.
Esto también ayudó a los clubes a elegir jugadores en función del talento y las habilidades e incluso ayudó a promover la diversidad.
Consecuencias de la Ley Bosman
Uno de los mayores impactos de la llamada Ley Bosman fue en la negociación de contratos, por lo que el espíritu deportivo del fútbol fue sustituido por el mercantil.
Los equipos con más dinero podían contratar a los mejores jugadores. Esto también influyó negativamente en las canteras de jugadores jóvenes de cada país.
A partir de esta situación, la UEFA dictó normas que establecen que cada equipo debe contar con un mínimo de jugadores formados localmente.
Esto obliga a los clubes a disminuir su plantilla de jugadores extranjeros y en cierta forma regula el intercambio de jugadores.
También, le devuelve al fútbol base la importancia que siempre tuvo en la creación y promoción de nuevos talentos.
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